sábado, 22 de marzo de 2025

Antarctica, volumen especial preparado conjuntamente por La Asociación Japonesa de Investigación Polar y el doctor Tetsuya Torii, y publicado por el diario Mainichi Shimbun, segunda edición de noviembre de 1970

 La Asociación Japonesa de Investigación Polar inició una serie de expediciones antárticas en los años ´70. Y el resultado de esas exploraciones se condensan en este libro, que lleva la firma del explorador, geólogo y bioquímico doctor Tetsuya Torii, que está considerado uno de los más grandes investigadores japoneses del ámbito antártico del siglo XX. 

El libro está compuesto por 3 secciones muy diferentes pero que se complementan y disfrutan por las magníficas fotos, aunque uno no hable el idioma de Astroboy.
La primera sección trata sobre flora, fauna, meteorología, geología, glaciología y criología (estas dos últimas son las ciencias que tratan sobre el estudio e investigación de glaciares y hielos) con excelentes fotos y textos en japonés y pequeños subtítulos en inglés. 
La segunda sección trata sobre la visita realizada por el doctor Tetsuya Torii y su equipo a algunas bases antárticas, el fotoreportaje de la travesía al Polo Sur realizada por el equipo de Torii durante la temporada 1968-1969, y una lista de las naciones que a 1965 tenían bases permanentes en la Antártida y eran parte del Tratado Antártico firmado en Washington en 1959, es decir, Argentina, Australia, Bélgica, Chile, Francia, Nueva Zelanda, Noruega, Sudáfrica, Gran Bretaña, USA, Unión Soviética y Japón. Al 2025 hay 35 países con bases allí, y entonces, las cosas cambiaron bastante desde los ´70.
Y la tercer sección está dedicada a anexos documentales con datos, notas, gráficos y comentarios sobre algunos tópicos desarrollados en el libro. 

Como ya comenté, el libro está enteramente en japonés (lo cual ya no es impedimento hoy día con los traductores de pantalla), es muy específico en el tema que trata, pero a la vez, es un gran documento muy bien presentado sobre aquella mítica campaña antártica japonesa de 1968-69 con fotos nunca vistas y testimonios inéditos que no se encuentran en la web. La edición corrió por cuenta del diario Mainichi Shimbun, el libro es de tapa dura, y viene en una caja contenedora. 






  


miércoles, 19 de marzo de 2025

5000' & Closing, Larry Lake, con ilustraciones de Michael Bergt, Bowery Press, 1981, ejemplar 2 de 13

La escena literaria, artística y cultural de Denver en los ´60,´70  y ´80 estuvo entre las más prolíficas, dinámicas y eclécticas de USA. No habrá tenido la prensa y difusión de la de California, ni el glamour de la de New York, pero bullía, creaba y se alimentaba de arte, música, letras y ganas de mostrar y desarrollar proyectos más allá de lo establecido por la formalidad.

Para esa misma época hubo un muy interesante fenómeno en Denver que aún resuena: las imprentas y publicaciones independientes. Las mismas que le abrieron la puerta y publicaron trabajos de autores de sótano que buceaban en la experimentación, el cruce multi artístico y la producción literaria como emblema de nacimiento, protesta, libertad y belleza. Puedo nombrar a algunos autores, editores y artistas de aquel período formidable en el que todo era posible, y aún, mágico, bohemio y catalizador: Edwin y Marcia Ward, John Macker, Tony Scibella, Michael Bergt, Steve Wilson, James Ryan Morris y Larry Lake, entre otros. Se que estoy siendo injusta con otros artistas y escritores que han aportado y mucho a la escena bohemia de Denver de aquellos años. Pero desde aquí, y al menos mínimamente, deseo dar este pequeño homenaje y contribución.

El libro que hoy nos ocupa es un libro mágico, raro, de denuncia, pero también de amor: 5000´ & Closing. El título les parecerá enigmático, y a mí me costó entenderlo. La frase alude a las últimas palabras que dijo el piloto del Enola Gay antes de tirar la bomba sobre Hiroshima. De cómo el título es un perfecto encastre con el contenido del libro escrito por Larry Lake, y maravillosamente ilustrado por Michael Bergt, ha resultado sencillo, ya que ambos artistas a su modo exploran, estallan y funden sus cualidades artísticas, de aspiración, inspiración y rima solidarizándose el uno con el otro, volviéndose un binomio y numen inspirador que se retroalimenta y auto referencia. 

Los textos y poemas de Larry, que además fue el responsable de Bowery Press, alcanzan plenitud y vuelo eterno acompañados por las fantásticas ilustraciones de Michael Bergt; y éstas, a su vez, están brillantemente inspiradas en las palabras de Lake.

El libro me llegó luego de una exploración por las librerías gratuitas urbanas de Santa Fe, New Mexico. Al caer en mis manos ya no tenía su guardapolvos, ni tampoco el dibujo original de Bergt al final del libro. La copia de las fotos es la 2 de 13. El libro, en esta edición numerada (y también en la marcada de la A a la Z) no tiene ISBN. Y desconozco si la edición común de 1500 ejemplares lo tuvo. 
El libro tiene tapa dura, excelente papel artesanal, y una calidad de impresión asombrosa.









 

 

viernes, 14 de marzo de 2025

La Primera de las Tres Buenos Aires, Federico B. Kirbus, Auto Edición de 1000 Ejemplares, 1980

Les quiero contar cómo conocí a Federico Kirbus y a el libro que es el protagonista de esta reseña, el excelente texto de no ficción La Primera de las Tres Buenos Aires. Corrían los primeros años de la década de 1990. Se acercaba el nuevo milenio, soplaban vientos de postmodernidad, y yo estaba convencida que quería ser agente de viajes. Sí, aunque no lo crean, alguna vez pensé en ser agente de viajes, y por ello había ingresado a estudiar en una escuela de turismo. 

Fue durante una clase de la escuela que cuando un profesor (no recuerdo su nombre) nos muestra un libro y nos cuenta la historia de la investigación que se detalla en el mismo, como así también, nos pone en conocimiento de la vida aventurera y visionaria de su autor, Federico Kirbus. Y así, don Federico y sus aventuras e investigaciones entraron a mi vida, y siguen en mi acervo cultural, treinta años después.

Kirbus fue un rara avis en Argentina. Un autodidacta fiel, se animó a escribir seriamente y con gran pericia sobre ciencia, técnica, mecánica, turismo, arquitectura y urbanismo, arqueología, geografía, e historia. Como si todo eso fuese poco, fue piloto de pruebas y probador de autos, investigador, periodista y viajero incansable junto a su compañera Marlú.  La Argentina turística del siglo XXI le debe muchísimo al binomio Federico y Marlú Kirbus, y creo que un reconocimiento oficial por parte del país sería el broche de oro a este inmenso argentino que amó su país como pocos.

Pero vayamos al libro. La Primera de las Tres Buenos Aires plantea una hipótesis, y es la siguiente: ¿y si la Buenos Aires de Pedro de Mendoza se fundó en otro lugar que no es Parque Lezama? ¿ Podría ser que el real emplazamiento de aquel asentamiento de Mendoza estuviese localizado en lo que hoy es El Cazador, en Escobar? Según Kirbus, su hipótesis es válida, y para probarla se muñó de gran cantidad de documentación, una nueva traducción del texto de Ulrico Schmidl, más un detallado análisis geográfico, hídrico e histórico correspondiente al avance del delta del río Paraná a través del tiempo. Kirbus ha sido, sin lugar a dudas, un erudito en cuanto al estudio de las aventuras de Pedro de Mendoza, y lo que él plantea tiene mucho sentido, tiene apoyo histórico y datos corroborados por expertos en cartografía e hidrografía. 

Claro es que este no es un libro para cualquier persona. Si a ustedes no les interesa el tema de la fundación de Buenos Aires el libro los aburrirá. Porque si bien el texto está muy bien escrito y es muy ameno, su gran cantidad de datos, aportes técnicos y análisis de la traducción de Schmidl puede llegar a resultar pesado para quién no está acostumbrado a leer libros sobre historia en el que el análisis científico es primordial. 

Ahora, y ya en el terreno de cómo se editó el libro, deseo comentar que fue una auto edición del mismo Kirbus por un total de 1000 ejemplares numerados del 0001 al 1000. Poseo el 87, con firma de puño y letra de don Federico. 
Lamentablemente, creo que el libro no tiene la calidad de impresión y presentación que merece, porque una inversión mayor hubiese redundado en una mejor edición con papel de calidad y tapa dura. Además, el libro está mal compaginado (salta del 66 al 113, y luego del 120 al 67) y los diagramas, mapas y fotos no son nítidos; una verdadera lástima.
Igualmente, los errores y fallas de impresión no desmerecen el valor extraordinario de la obra y su indudable calidad y cualidad histórica y de modelo de investigación.