Algunos estudiosos consideran que los fanzines son publicaciones caseras y no oficiales que hace 300 años que están dando vueltas por ahí. Creo, sin embargo, que los fanzines propiamente dichos aparecieron a mediados del siglo XIX con la democratización del acceso al papel (sobre todo al papel que se puede reutilizar), la escolarización generalizada y las ganas de la gente de crear sus propios medios de expresión y comunicación local.
Los fanzines (la palabra es la unión de la palabra FAN y la palabra MAGAZINE, y se cuenta que la creó el ajedrecista Russ Chauvenet en 1940) se hacen sin ánimo comercial y son publicaciones caseras muy personales realizadas, en su gran mayoría, a partir de hojas A4. La temática de los fanzines es muy variada: cine, TV, poesía, dibujos, collage, ilustración, comic, contenido educativo, noticias del barrio o divulgación.
Muchos consideran a los fanzines como si fuesen revistas; mi opinión es que no lo son. Por el contrario, los fanzines cubren los espacios que los medios de comunicación impresos dejan vacíos, como por ejemplo, la expresión individual de ideas, conceptos y pensamientos a través del papel y con una edición autogestionada, micro localizada y totalmente basada en la subjetividad del hacedor.
Los fanzines tienen una gran variedad de tamaños; mis preferidos son los de bolsillo (11 x 7 cm aproximadamente). Y aunque no es un medio masivo, ni influyente ni en el que se puede ganar dinero, muchos artistas y diseñadores gráficos los usan para probar nuevas técnicas y armados alternativos.
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