Oscar Wilde es mundialmente conocido por sus libros de ficción, ensayo, poesía y crónica. Sin embargo, creo que su genio literario innato y en el que tenía un enorme talento era la dramaturgia. Wilde escribió obras de teatro magistrales, sustanciosas y de una versatilidad sin igual.
Quizás su obra de teatro más íntima y más personal fue Salomé, una tragedia en un actor escrita en francés publicada en 1893 y estrenada en París en 1896. Por ironías del destino, Oscar Wilde nunca pudo ver su obra de teatro en el escenario (fallecería en 1900) debido a prohibiciones y censuras. Curiosamente, Wagner tomaría el texto de Salomé y lo adaptaría para transformarlo en ópera (estrenada en 1905 con un éxito arrollador).
La trama de esta tragedia en un solo acto no es otra que la ninfa y amoral Salomé, su danza erótica para seducir a Juan el Bautista, y la muerte de ambos con Herodes en el medio. Es decir: el tema bíblico fue un caldo de cultivo ideal para blasfemar y atacar a Oscar Wilde durante décadas. ¿ Wilde podría haber cambiado los nombres de los protagonistas para evadir la censura? Sí, lo podría haber hecho. Pero iba contra su manera de ser y ver la vida.
La edición que les presento es la impresa en doble papel y tapa con grabados de Heritage Press de New York en 1945, con bellísimas ilustraciones de Valenti Angelo y prólogo de Holbrook Jackson.