Me crucé con este libro por primera vez hace unos veinte años. Y al interiorizarme sobre de qué trataba decidí no leerlo ni tenerlo en mi biblioteca. La decisión en aquel momento no fue caprichosa, ya que conocía la vida y obra de Dan Eldon y no quería que su historia triste y desgarradora tuviese un lugar entre mis textos. Recuerdo que hojeé el libro, me conmocionó sobremanera, y lo solté. Tener ese libro en mis manos me dio escalofríos, me afectó profundamente y traté de olvidarlo.
En 2025 las cosas no han cambiado demasiado. Mientras escribo estas palabras tengo el libro a mi lado y me pone fatal, desmoralizada y triste. Pero no me mal interpreten, pues el libro es luminoso, es bellísimo y derrocha amor. El problema soy yo y como he procesado e internalizado la cortísima existencia y muerte espantosa de Dan Eldon, el joven reportero gráfico de Reuters muerto en Somalia en 1993 y cuando tenía solo 22 años.
Prefiero obviar los detalles escalofriantes del final de Dan (a pedradas, y asesinado junto a otros colegas) y centrarme en su vena artística, humanitaria y colosalmente sensible que rezuma de sus collages, fotos y escritos compilados por su madre Kathy en este libro hermosísimo y con un título extraordinario: el viaje es el destino.
Dan, antes que nada, fue un artista multimedia que usaba distintos elementos y herramientas para dar a conocer lo que pensaba, sentía y sufría. Este chico fuera de serie y con una vida de película vivió a mil por hora, y su vida se truncó a los 22 en una África convulsionada y visceral que no admitía ni admite matices ni moderaciones. Dan Eldon era británico, criado en Kenia y con educación intermitente en Estados Unidos; fue viajero incansable, humanista y safarista (y hasta había creado una ONG), reportero gráfico, artista, fotógrafo, cronista y divulgador de su amada África. También trató de ocuparse sobre distintos temas sociales, recaudar fondos para causas humanitarias y darles un lugar a los que sufrían injusticias o eran víctimas inocentes de las eternas guerras civiles en algunas comunidades africanas.
Este no es el único libro que contiene material artístico y fotográfico sobre Dan Eldon, y tampoco es el mejor desde el impacto visual. Pero en mi muy humilde opinión, The Journey is the Destination es el libro más amoroso, el más compacto, el más sentido y el mejor parido de la serie. Todo el material que verán en el libro fue encontrado en sus cuadernos de collages (en inglés se los llama scrap book) en los que daba rienda suelta a sus sueños, al amor, su oscuridad, sus pensamientos y veta artística. Al momento de su muerte, Dan había llenado varios scrap books y es de allí, de lo mejor y de lo peor que su madre encontró y sintió en ellos que decidió armar estas series de libros homenaje.
¿Les gustaría jugar un poco a la futurología? ¿Qué hubiese sido de Dan Eldon en 2025? Me permitiré conjeturar: era tal su ritmo acelerado por comerse la vida y el mundo, tal era su ansia de vivir al límite y siempre al borde del precipicio, que difícilmente hubiese visto la llegada del año 2000. Esa es mi opinion, pero como saben, me puedo equivocar.
La primera publicación de este libro en 1997 fue realizada por Chronicle Books, posee una excelente artística, gran diseño de tapa y guardapolvo con solapas, la introducción y los agradecimientos fueron escritos por la madre de Dan, Kathy Eldon, y el libro se imprimió en Hong Kong.
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